Hoy, el volcán es inestable y en esa montaña nacen los ríos Gualí, Recio, Lagunilla y Azufrado. Lo vigila el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales los 365 días del año con tecnología de punta, equipos que permiten conocer los cambios y la deformación volcánica en todos sus procesos. El monitoreo, en manos de equipos de geólogos, fotógrafos e ingenieros, es continuo y, al detectarse un cambio, al instante se implementan los dispositivos de respuesta o se informa a los sistemas de alertas y organismos de socorro.“Armero es una lección que el país ya aprendió”, concluye la directora del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales, Gloria Cortés. http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16424492